La mayor parte de empresas han visto durante estos últimos años como sus ventas se han reducido, un incremento de los costes y gastos, con una dramática disminución del beneficio de explotación. Por otra parte, sigue habiendo dificultades para el acceso y la renovación del crédito.
A pesar de haber re-estructurado plantillas de la mejor forma posible, la actual demanda directa no permite hacer beneficios como antes. Las decisiones en momentos como el actual son cruciales, y el simple recorte no es la solución. Recortar lo innecesario es simplemente disminuir el derroche, pero esto no basta.
Concretamente, (a) algunas empresas se enfrentan ante una obsolescencia de sus productos o servicios ofrecidos, resultado de ni percibirse ni solicitarse como antes, probablemente un problema de valor de esos productos, ante competidores mucho más eficientes y dinámicos (que consiguen de una forma más barata proporcionar ese valor y ser rentables); (b) no somos capaces de llegar al cliente, (c) nuestra marca apenas se diferencia, (d) nuestros mensajes ni destacan ni son recordados, (e) ni hacen incapié en factores importantes para nuestros clientes
Muchas veces se acometen decisiones publicitarias con promesas como superiordad de nuestro producto, líder de su sector, el mejor servicio….
¿Pero estamos seguros que todos los miembros de la organización llevan interiorizados esos comportamientos y se aplican en las relaciones diarias con sus clientes?
Están claras las directrices en nuestra organización, hacemos lo posible para mantener la motivación y funcionamos como un equipo cohesionado que trabaja para los mismos objetivos?
¿Ofrecemos formación y las herramientas comerciales a nuestra fuerza de ventas? ¿Predican con el ejemplo nuestros directivos?
¿Detectamos nuevas tendencias en nuestros clientes y evolucionamos nuestros enfoques de venta o mantenemos anacronismos?
¿Es la innovación una característica de nuestra empresa, o es una mentira más escrita en nuestra web y publicidad corporativa?
¿Convendría replantearse y reformular la forma en la que la empresa opera en su mercado y la forma de tratar a sus clientes
Existen distinas opciones y alternativas, que cristalizarán en una estrategia determinada, unas prioridades estratégicas y unos determinados posicionamientos, pero ésto no es nada sencillo. Hay muchos obstáculos, el primero es que los cambios no nos gustan y nos dan miedo a los humanos, ¿y qué hay en las empresas? Personas.
Mi objetivo, aún harto difícil, es ofrecer metodología para que pueda ser tenida en cuenta para empresarios y directivos para tomar decisiones e iniciar este cambio de rumbo y orientación.
Mi objetivo es ayudarte a crear marcas con alma, más humanas y más rentables.
